lunes, 27 de enero de 2014

Viaje a Croacia, Bosnia, Montenegro y Eslovenia (Año 2010)

Introducción
Decidimos este destino  porque leí varios libros y artículos acerca de la guerra de los Balcanes, me atraía mucho conocer sus ciudades, pueblos, cultura y por este motivo comencé a recabar toda la información necesaria para comenzar a planear nuestro viaje.
Este año cambiábamos de moto y estrenaríamos nuestra flamante GS1200 ideal para las carreteras y pistas que nos encontraríamos en los países balcánicos.

Comenzamos este viaje con un contratiempo, pues habíamos contratado los billetes de Ferry con la agencia de viajes del Corte Inglés y justo antes de montarnos en la moto para partir hacia Barcelona, nos llaman y nos informan que el barco no sale hasta el día siguiente, con lo cual tendríamos que costearnos un hotel en Barcelona y salir con un día de retraso. Pusimos una reclamación porque el problema era ajeno a nosotros y el Corte Inglés se lavó las manos, después de discutir dos largas horas nos dimos cuenta que no darían su brazo a torcer. Finalmente decidimos salir a la hora prevista y una vez llegamos al puerto de Barcelona, la línea Grimaldi que opera Barcelona-Livorno nos dio alojamiento gratuito y cena en el barco, por tanto, pasamos dos noches subidos a bordo del Ferry Florencia. No vuelvo a montar en un Ferry con destino a Livorno, ya me había pasado algo parecido cuando fuimos a Italia, sin embargo el que hace la línea Barcelona-Civitavechia funciona genial.

30 de Mayo: Talavera de la Reina - Barcelona (745 Kms.)

El viaje lo emprendíamos con mucha ilusión porque este año nos acompañaría una pareja de Málaga, Estrella y Juan y para nosotros era una novedad, pues pusimos un anuncio en el foro BMW motos para ver si coincidíamos con alguien que también deseara hacer esa ruta. Quedamos con ellos previamente en el Campeonato de Jerez para conocernos y aclarar algunos puntos pendientes.
Antes de llegar a Barcelona, paramos en el Monasterio de Montserrat y me sorprendió donde está enclavado, la carretera es muy bonita hasta la subida y las vistas espectaculares.
Una vez en Barcelona, como llevábamos tiempo, aprovechamos para comprar unos deliciosos ágapes para subirlos al Ferry pues no hay quien se coma esa comida. Bien provistos de vinito, pan y buen embutido decidimos ir a sacar los billetes y allí nos veríamos con nuestros nuevos compañeros.

Monasterio de Montserrat - Barcelona

Esperando al Ferry que nos llevaría a Livorno (Italia)

Saliendo del Ferry - llegada a Livorno (Italia)
1 de Junio: Livorno (Italia) - Rovinj (Croacia): 577 Kms.

Cuando abrieron las puertas del Ferry salimos como flechas, pues dos noches allí cerrados estábamos como los toros. Empezamos a rodar y al llegar a Trieste nos desviamos por unas carreteras pintorescas pasando por unos pueblos encantadores de influencia Veneciana como son Isola y Pirano y a media tarde ya estábamos en Rovinj. Queríamos llegar con luz del día porque teníamos que montar las tiendas, para mí era algo nuevo pues en todos nuestros viajes anteriores habíamos dormido en hostales u hoteles y previamente bajo reserva para mayor seguridad, sin embargo este viaje era planeado más bien a la aventura, buscando alojamiento según llegábamos a los lugares, lo veo arriesgado pero también te ofrece mucha más libertad a la hora de viajar. Una vez montadas las tiendas nos fuimos a visitar Rovinj una ciudad muy bonita situada al norte del mar Adriático. Me llamó mucho la atención sus calles del casco antiguo repletas de talleres de artesanía y sobre todo de su exposición de pintura, su pequeño puerto es una delicia y merece la pena sentarse en una terracita pegado a éste tomando una cerveza y viendo atardecer, la verdad, no tiene precio.

Entrando en Eslovenia

Camping en Rovinj (Croacia)


Casco antiguo de Rovinj (Croacia)


Puerto de Rovinj (Croacia)


2 de Junio: Rovinj - Kvarner - Isla KRK - Plitvice: 456 Kms.

A primera hora de la mañana desmontamos las tiendas y planificamos la ruta que íbamos a realizar ese día, pues por la noche anduvimos conociendo el ambiente nocturno de Rovinj, nos fuimos a dormir un poco tarde y no dio tiempo. Queríamos visitar la isla de KRK porque había oído que merecía la pena, pero a mi modo de ver no me impresionó tanto como decían, hicimos muchos kilómetros recorriéndola pero no me llamó la atención nada en especial. Lo que sí me gustó mucho es la carretera que va recorriendo la costa dálmata, va literalmente pegada al mar en muchos tramos, salpicada de casas con sus tejados rojos contrasta con el azul intenso del mar y a su vez cientos de pequeñas islitas. También si lo prefieres, puedes desviarte por la carretera bordeando la montaña si quieres una conducción más tranquila y pausada, pues no te encontrarás a nadie y las vistas de la costa son espectaculares.
En la costa croata tienes muchos restaurantes que encontrarás al paso donde sirven un pescado fresco, pastas, arroces, en definitiva, buena comida mediterránea, buena cerveza (Pivo) normalmente tercios muy fresquita y todo ello por precios razonables. Eso sí, el pan no es su fuerte.




KVarner (Croacia)


Acceso a la Isla KRK (Croacia)


A eso de las 8 de la tarde y atravesando unas carreteras muy interesantes entre montañas, con un clima húmedo y algo frío llegamos a Plitvice lloviznando. Buscamos alojamiento cerca de los lagos porque al día siguiente queríamos hacer una ruta para visitarlos. En la zona de Balcanes no tendrás problemas de alojamiento, muchas personas alquilan habitaciones en sus casas, donde veas un cartel que pone "sobe" ahí se puede dormir. Nosotros encontramos una casa muy chula con habitaciones amplias, limpias y con calefacción. Tenía una terracita con vistas a la montaña y ahí desayunamos y cenamos. Lo más increíble era que nos salía casi más económico dormir en "sobes" que en el camping, y puestos a elegir.......... yo no me lo pensaba dos veces.
  
Interior de Croacia


A medida que nos adentrábamos en el interior del país íbamos viendo los primeros signos de lo que fue la terrible guerra de los Balcanes que hacía ya 20 años de lo ocurrido y que aún estaba en los corazones de estas gentes, "eso es una cosa que tarda mucho en olvidarse ò hay ciertas heridas que tardan mucho en cicatrizar" fue lo que nos dijo un hombre que vivió la guerra en primera persona y que cuando ocurrió era un chiquillo de 20 años. Lo primero que vimos fueron casas que habían sido quemadas y al lado se levantaban otras de ladrillo sin enfoscar, otras muchas medio derruidas y llenas de grandes agujeros causados por los obuses. El interior del país, al igual que Bosnia es muy verde y frondoso y a los lados de la carretera entre la hierba nos encontrábamos carteles clavados informando de la existencia de minas antipersona. Había campos repletos con estos carteles, era algo asombroso, pues una persona que no ha vivido una guerra, aunque sabe que es algo muy malo y devastador, no se hace a la idea hasta que no ve todas estas cosas. También me llamó mucho la atención la huellas que dejaron las rodadas de los tanques. Durante todo el trayecto ibas pensando en lo que pudo ser y se te ponía la piel de gallina, es una sensación que nunca olvidaré.



Cartel indicando de la existencia de minas antipersona
Monumento conmemorativo a los fallecidos por la guerra


Alojamiento en Plitvice (Croacia)


Día 3 de Junio:  Plitvice (Croacia) - Trogir (Croacia): 230 Kms.

Después de una buena dormida y un buen desayuno nos ponemos en marcha y nos disponemos a visitar lo que era una de las maravillas de Croacia, el Parque Nacional de los lagos de Plitvice. La zona que se puede visitar se encuentra en el centro del parque y está formado por 16 lagos de diferente altura comunicados por 92 cataratas y cascadas. Es Patrimonio mundial de la Humanidad desde 1979. Para acceder a ellos tienes que andar un tramo y luego coger una pequeña barquita, tienes varias rutas y la excursión te puede llevar un día, aunque nosotros que somos unos "cagaprisas" lo vimos en una mañana. Si vas a Croacia este lugar es imprescindible visitarlo, te dejará sin palabras, el color del agua es de un verde esmeralda intenso y desde la parte más alta tienes una panorámica indescriptible. Recomendable 100%.
Os dejo algunas fotos, pero en ellas no se aprecia para nada lo que realmente es.



Barca con la que se accede a los Lagos de Plitvice (Croacia)

Imágenes varias de los Lagos de Plitvice (Croacia)








Finalizamos la excursión encantados y nos dirigimos hacia Zadar para coger la carretera que va pegada a la costa, es una maravilla, que gusto viajar en moto, con la brisa del mar dándote en la cara y pasando por pueblos encantadores plagado de calas de un azul cristalino, la pena es no poder bañarse pues hacía algo de fresco aunque buen tiempo. Allí las playas no son de arena, salvo en algunas islas, suelen ser de piedrecitas y no están masificadas, claro que en las fechas que fuimos nosotros apenas había turismo.

Por entretenernos tanto llegamos a Trogir anocheciendo, elegimos ese destino porque leí en la guía que era un pueblo muy bonito, y en efecto, la guía no se equivocaba. Nada más llegar preguntamos a personas que estaban en la calle, la verdad es que te ayudaban y eran muy amables, nos acompañaron a hablar con una señora que tenía una casa cerca del casco antiguo al lado del mar. Nos preparó un apartamento con unas habitaciones enormes, varios baños, cocina y salón equipado con cadena de música  y todo a un precio muy asequible. La verdad es que los alojamientos nos salían por 15 ó 20€ máximo por persona, estaba genial. No merecía la pena dormir en tienda de campaña. Salimos por la noche a dar una vuelta y paseamos por el puerto, la gente estaba cenando marisco con buenos vinos blancos fresquitos en sus barcos de vela y yates perfectamente limpios y cuidados. Vaya bienvenida nos había dado Trogir, con la boca hecha agua nos fuimos a buscar un restaurante, aunque nosotros no pediríamos marisco por muchas ganas que tuviéramos ya que el presupuesto se dispararía y bastante es que estábamos allí para conocerlo, así que tomamos un menú del día, paseamos por el casco antiguo, precioso por cierto, tomando un helado, una copita y a acostar.

Trogir (Costa Dálmata - Croacia)


Fortaleza de Kamerlengo Trogir (Costa Dálmata)

Alojamiento en Trogir (Costa Dálmata - Croacia)


Día 4 de Junio: Trogir - Split - Mostar (Bosnia): 176 Kms.

Dimos una vuelta de día por el pueblo para visitar algunos puntos de interés y volvimos a recoger nuestras cosas al apartamento, nuestro siguiente destino sería Split, se trata de una ciudad turística desde donde llegan hordas de turistas en viajes de crucero. Es una joya arquitectónicamente hablando y una de las ciudades más importantes de la costa Dálmata junto con Zagreb. Es visita recomendada si viajáis a Balcanes. Aquí si encontramos bastante turismo, que junto con el calor, los trajes de la moto pegados a la piel, el peso de las botas y el casco a nuestras espaldas, estábamos deseando encontrar una terracita para tomar algo y como allí tenías más que de sobra porque el paseo marítimo está repleto de ellas, ni cortos ni perezosos fuimos a por nuestra Pivo de tercio.

Split (Costa Dálmata - Croacia)

Paseo marítimo de Split (Costa Dálmata - Croacia)


Palacio de Diocleciano, Split (Costa Dálmata - Croacia)



Catedral de Sv Duje, Split


Con un calor espantoso salimos de Split (Croacia) y nos dirigimos a Mostar (Bosnia) pero decidimos salirnos de la carretera de la costa y coger otra paralela que nos llevaba por la montaña era mucho más solitaria, sinuosa y con unas vistas increíbles del mar y las pequeñas islas que forman la costa Dálmata. Del calor bochornoso pasamos a niebla y fresco, según nos adentrábamos en el interior del país, en muchos kilómetros no nos encontramos a nadie solo una casa con un cartel indescifrable y al lado una barbacoa de piedra con un cordero dando vueltas, decidimos entrar y preguntar para poder comer, los dueños del bar nos atendieron muy hospitalariamente pero el pobre cordero estaba más duro que una piedra, nos lo acabamos como pudimos y continuamos con nuestra ruta.



Vistas de la Costa Dálmata desde la carretera de montaña





Nos adentrábamos al interior de los Balcanes y el cielo cada vez se veía más gris, las carreteras se volvían más estrechas, sinuosas y el asfalto irregular, algunos tramos tenían pequeños boquetes que mejor sería no meter la rueda porque podríamos besar el suelo. Hacer 30 kilómetros te suponía una hora más o menos, no cundía nada. Pasamos la frontera de Bosnia i Hercegovina sin el menor problema, pues no nos mandaron ni a quitar el casco, nos hicieron pasar de una forma rápida y cordial.

Frontera de Bosnia i Hercegovina


Desde este punto hasta llegar a Mostar (Bosnia) nos estaría lloviendo de una forma bestial, ni en Suiza había visto llover así. Como he dicho anteriormente, debido a las minas antipersona, hay zonas verdes salvajes llenas de maleza sin conocer la huella humana en mucho tiempo, por tanto, algunos animalitos salen a la carretera, en especial culebras y ranas. Con la lluvia que caía empezó a llenarse de ranas y culebras. Yo me dije, "de aquí el dicho de llueven sapos y culebras" en mi vida había visto una cosa igual, las culebras nos pasaban por las dos ruedas, matamos sin querer unas cuantas y las ranas cubrían toda la carretera. Miles y miles de ranitas por todos lados salían de la hierba y cruzaban la carretera!!!!!!!!!

Lloviendo a cántaros en el interior de Bosnia


Carretera de Bosnia plagada de ranas

 Rodando con agua los kilómetros cada vez se hacían más pesados pero con mucha paciencia logramos llegar a media tarde a Mostar. Nada más entrar a la ciudad se nos acercaban personas a ofrecernos habitaciones para dormir en sus propias casas, muchas de estas personas no tenían trabajo, pues había un alto porcentaje de paro y se ganaban la vida como podían, pero nosotros no nos fiábamos mucho por miedo a que nos timaran o algo y preferíamos ver otras alternativas. Aunque bien nos timaron en una pastelería a la que entramos. El cambio de dinero era un rollo, porque muchas veces no sabías si estabas en Bosnia, en Croacia, Montenegro, Albania o donde. Las entradas y salidas a los diferentes países eran frecuentes y muchas veces no sabías donde te encontrabas, pues cada país tiene su propia moneda.

Bueno, empapados de agua y con la moral por los suelos nos encontramos en el centro de la ciudad una pequeña casa donde vimos que 5 o 6 moteros metían sus vehículos por una pequeña puerta ayudados por una mujer ya que el acceso era complicado, preguntamos si tenían habitaciones disponibles y nos dijeron que el apartamento estaba ocupado, pero podíamos dormir en su casa. Como ya nos pesaban hasta las pestañas no lo dudamos ni un solo momento y dijimos que sí. Subimos todos los bártulos y nos acomodamos como pudimos. La casa era acogedora y debo decir que no tengo palabras para agradecer la hospitalidad, amabilidad, generosidad de las personas que allí vivían. CASA LENA, en el centro Mostar gozaba de una situación privilegiada, pues se encontraba a escasos metros del casco histórico de la ciudad y el precio muy económico. La dueña era una chica jovencita de unos treinta años que vivía con sus hijos y su abuela, pues los padres fallecieron en la guerra y luchaban día a día viviendo de este negocio. Utilizábamos las dependencias de la casa al igual que ellos y nos hicieron sentir miembros de su propia familia. Nunca voy a olvidar la estancia y el trato de Lena y su familia y recomiendo a todos los moteros que si se acercan a esta maravillosa ciudad que es Mostar se alojen en este hostal.

Como llegamos empapados, pusimos a secar botas, cascos, chaquetas, etc, nos dimos una ducha y nos cambiamos para dar un paseo por la noche y cenar en uno de los coquetos restaurantes que tiene Mostar. De noche tiene un encanto especial.

Día 5 de Junio: Mostar (Bosnia)

Este día lo teníamos dedicado única y exclusivamente para visitar Mostar. Es una ciudad increíble y también tiene algunas señales de lo que fue la guerra, pues algunas de sus casas conservaban las paredes llenas de metralla.
Está situada junto al río Neretva y recibe el nombre por su famoso puente Stari Most (Puente Viejo). La ciudad fue asediada durante 18 meses y quedó completamente destruida. Se puede decir que el Puente Viejo de la ciudad de Mostar es uno de los monumentos históricos más famosos de la antigua Yugoslavia y forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde el 2005. Siempre se ha considerado como un símbolo de la sociedad multiétnica de Bosnia, ya que sirve  de unión entre las dos culturas en que está dividida la ciudad, con los católicos croatas al oeste y los musulmanes al este del río Neretva. El puente fue destruido en el año 93 durante la guerra convirtiéndose en un símbolo de conflicto que arrasó el país. Su construcción vino con la llegada de la paz, bajo la colaboración de la UNESCO entre otros.  




Puente de Mostar iluminado en la noche

Edificios destruidos por la guerra

Metralla en las paredes causado por los disparos



Calles de Mostar

Puente de Mostar y río Neretva




Paseando por su maravilloso casco antiguo encontramos un pequeño museo donde mediante audiovisuales pudimos ver como aconteció la guerra, como lo sufrió el pueblo Bosnio y como se fue recuperando poco a poco.


Día 6 de Junio: Mostar (Bosnia) - Dubrovnik (Croacia) 145 Kms.

Hicimos un último recorrido por la ciudad para aprovechar y comprar algunos recuerdos y con el corazón en un puño nos pusimos en marcha rumbo a Dubrovnik. Quién nos iba a decir que los 145 kms que distan de Mostar a Dubrovnik se convertirían en una odisea y tardaríamos 5 horas en llegar. En lugar de bajar hasta la costa e ir directamente a destino, se nos ocurrió ir por el interior del país por pistas hasta llegar a Trebinje y de ahí pasar la frontera a Croacia. El paisaje era una maravilla, las pistas muy estrechas, curvas por doquier y como he dicho antes los kilómetros se hacían eternos, pero una vez en Trebinje llegamos a la frontera croata y parecía que la habían colocado allí de manera algo sospechosa. Nos sale un policía muy joven  de una pequeña garita y nos dice que esperemos, que se tiene que quedar con nuestros pasaportes, después de hora y media con la cabeza achicharrada sin encontrar ni una sola sombra nos dice el colega que tenemos que deshacer el trayecto y volver para bajar por la costa y entrar por el otro lado. Yo pensé que estaba de broma, pero la verdad, tenía cara de pocos amigos. Pues dicho y hecho, resignados, cabreados y viendo delante de nuestras propias narices el cartel que indicaba que a pocos kilómetros estaba Dubrovnik, hicimos lo que nos había ordenado el policía o lo que fuera ese señor tan majo.



Zona pantanosa del interior de Bosnia

Carreterinchis del interior de Bosnia


Vistas de la Costa Dálmata (Croacia)


 Por la tarde llegamos a Dubrovnik y estuvimos buscando alojamiento, era muy gracioso porque señoras mayores sin entender el idioma hacían por entendernos y nos ofrecían habitaciones en sus casas, finalmente nos decidimos por una justo enfrente de la muralla con parking para nuestras motos y todo. Tuvimos mucha suerte, las habitaciones eran amplias y muy limpias, la señora encantadora nos ofrecía vino blanco que hacía su familia. Se alojaba con nosotros un señor que en sus años atrás era médico y ahora se dedicaba a ser guía turístico en esta ciudad. Nos explicó de una manera muy amena los lugares a visitar, restaurantes y cafés a los que ir, como siempre, la amabilidad de estas gentes estaba presente.

Descargamos todas nuestras cosas y nos tomamos un vinito con la señora y el médico-guía hablando de lo que había sido nuestro viaje hasta ahora.
Salimos a recorrer el casco histórico atardeciendo y la Perla del Adriático, como así llaman a Dubrovnik, nos pareció maravillosa. En algunas terracitas había música en directo y te apetecía parar en cada una de ellas. La mayoría de los restaurantes estaban llenos y el ambiente que reinaba en sus calles estrechas era estupendo. La ciudad nos encantó. Durante los fines de semana de verano llegan hordas de turistas en los lujosos cruceros, bajan a miles de personas y la ciudad está a tope, pero cuando marchan la paz y tranquilidad que se respira no tiene precio y nosotros lo pudimos constatar.

Día 7 de Junio: Dubrovnik 

Este día completo lo dedicamos a disfrutar de la ciudad visitando sus principales atracciones, montamos en barco, recorrimos el casco antiguo por sus maravillosas murallas (2 kms.), compramos algunos recuerdos y degustamos sus excelente gastronomía. Qué más se podía pedir..... todo salió perfecto.

Alojamiento en Dubrovnik, justo enfrente de la fortaleza

Murallas de Dubrovnik (Croacia)

Entrada al casco antiguo de la ciudad




Barco que te lleva alrededor de Dubrovnik

Fuente de Onofrio Dubrovnik (Croacia)

Calle Principal de Dubrovnik (Croacia)

Dubrovnik - La Perla del Adriático

Crucero llegando a Dubrovnik (Croacia)




 Día 8 de Junio: Dubrovnik (Croacia) - Kotor (Montenegro) - Dubrovnik 165 Kms.

La noche anterior esbozamos lo que iba a ser una ruta muy emocionante que nos llevaría hasta Albania, pasando por Montenegro, pero como encontramos tantas cosas que visitar finalmente no la pudimos completar y con mucha pena dejamos Albania para otro viaje.
Recorrimos la bahía de Kotor salpicado de pueblos, sus gentes maravillosas nos ofrecían cerveza fresca desde los barquitos para parar a charlar con ellos. Montenegro es un país muy pequeño y la moneda es el Euro. La Bahía es preciosa y recuerda a los fiordos de Noruega. Una de sus ciudades, Kotor tiene una fortaleza impresionante y está rodeada por elevados acantilados. Un lugar a visitar es la fortaleza de St. Ivan un empinado y sinuoso camino de 1430 escalones sube de manera abrupta hasta llegar a las mejores vistas de la Bahía Boka Kotorska. Es aconsejable dar un paseo siguiendo las Murallas de Kotor, pues es la mejor manera de conocer la belleza de la ciudad.

Para volver a Dubrovnik cogimos un pequeño Ferry que nos llevó al otro lado de la Bahía para no tener que volver por el mismo camino que habíamos realizado anteriormente.


Entrando en Montenegro



Bahía Boka Kotorska (Montenegro)



Muralla de Kotor (Montenegro)

Entrada al casco antiguo de Kotor (Montenegro)

Ferry Bahía Kotor (Montenegro)


 9 de Junio: Dubrovnik (Croacia) - Sarajevo (Bosnia): 245 Kms.

Entrando y saliendo entre Croacia y Bosnia atravesamos los Alpes Dináricos. El trayecto desde Cemerno hasta Popov Most es espectacular, parecían los paisajes sacados de la película Avatar, eso sí, tuvimos que circular por una carretera sin asfalto porque la estaban arreglando, entre eso y las vacas que salían de repente al camino teníamos que andar con mil ojos, una de ellas intentó embestirnos y a mí que me dan mucho respeto casi pierdo hasta el conocimiento. Llegamos a un pequeño chalet de montaña rodeado de hierba de un verde intenso que atravesaba un arroyo de agua fría y cristalina, se trataba de un bar con unas mesitas que te invitaban al relax. Paramos a tomar algo y a disfrutar del paisaje. El bar lo regentaba una pareja, ella alemana y él Bosnio, encantadores por cierto. La cerveza fresca, el paisaje que teníamos delante y después de sudar la gota gorda con la dichosa vaca, nos dejó muy relajados.


Alpes Dináricos




A mediodía llegamos a Sarajevo

Entrando a Sarajevo (Bosnia i Hercegovina)

Comenzamos a buscar alojamiento y después de preguntar en varios hoteles encontramos un hostal en la zona centro muy silencioso y acogedor, a parte de económico. Nos duchamos y nos pusimos ropa ligera, pues hacía bastante calor y salimos a comer. Justo en la plaza al lado del bazar turco encontramos un restaurante pequeñito donde nos sirvieron una de las mejores hamburguesas que me había comido en mi vida.

Fuimos al centro a tomar un café y había un gran ambiente, música, terrazas super modernas con grandes pantallas de televisión donde ponían conciertos, la verdad es que nos encantó. No me esperaba esto de Sarajevo.

Centro de Sarajevo (Bosnia)

Bascarsija, barrio turco Sarajevo (Bosnia)



Sarajevo es la capital de Bosnia y se encuentra enclavada en un hermoso entorno montañoso atravesado por el río Miljacka y debido a su cultura multiétnica la ciudad goza de una variada arquitectura. En el año 92 la ciudad fue cercada por los serbobosnios y la guerra duró hasta el 95 causando la destrucción de ésta por los continuos bombardeos. A día de hoy se pueden ver todavía edificios agujereados por los obuses, una verdadera lástima.

Por la tarde subimos a un mirador y las vistas de Sarajevo eran espléndidas, os recomiendo que si viajáis a esta maravillosa ciudad os acerquéis al mirador, pues se divisan grandes manchas blancas que son los diferentes cementerios con miles de lápidas donde están enterrados las víctimas de la guerra. Debido a la situación geográfica de Sarajevo debió ser un calvario vivir allí durante el conflicto, pues desde las montañas, los francotiradores no dejaban vivo a todo aquel que se moviera.

Sarajevo tiene algo especial que no puedo describir.

Recomiendo la lectura de "Bienvenido a Sarajevo, hermano" cuenta con toda naturalidad y sin tapujos lo que fue la guerra de los Balcanes desde el punto de vista de un periodista que vivió toda la masacre.


Sarajevo desde el mirador




10 de Junio: Sarajevo (Bosnia) - Ljubljana (Eslovenia): 554 Kms.

Sorprendida por el cúmulo de sentimientos que me había dejado Sarajevo y con mucha pena por no poder visitar Belgrado, nos pusimos camino de nuestro siguiente destino que era conocer un poquito de ese país tan pequeño que es Eslovenia.

Cogimos la autovía que nos llevaría hasta la capital, Ljubljana y paramos en una gasolinera para comprar la viñeta que te permite circular por las autopistas del país, al igual que ocurre en Austria y Suiza. Si te paran y no la llevas, te obligan a pagar una multa. Los importes a pagar dependen del tiempo que vayas a permanecer en el país.


Carreteras Eslovenas

Frontera de Eslovenia

Viñeta para circular por las autopistas Eslovenas


Circulando por esta autopista había anuncios que indicaban la existencia de una autovía de Zagreb a Estambul, ya tenía en  mente mi próximo viaje y tendría que negociarlo con Javi, pues sin él, difícil el poder hacer este tipo de viajes que tanto nos gustan. jejejeje.

Llegamos por la tarde y comenzamos a buscar alojamiento, el chollo se acababa porque Eslovenia era mucho más caro que los países de donde veníamos, así que tocaban dos noches de maravillosa tienda de campaña, que guay!!!!! mi cara era un poema. Yo no estoy para esos trotes, que los riñones se me quedaban helados y dormía dos o tres horas, me despertaba hecha unos zorros. Encontramos un camping muy chulo pero las tiendas no las pusimos en el mejor lugar y estuve dos días oliendo a caca de perro, vamos lo que me faltaba. Lo bueno era que nos reuníamos los cuatro alrededor de las tiendas y comentábamos acerca del viaje tomando vinito y degustando algunos productos típicos comprados en el Supermercado. Así pasamos la primera noche en este lugar.


Camping en Ljubljana (Eslovenia)

11 de Junio: Ljubljana (Eslovenia)

Este día lo aprovechamos para descansar y pasear por la ciudad. Recorrimos todo su casco antiguo medieval y su espléndido castillo.




Fuente de los ríos de Carniola y Mestni trg Ljubljana



Barrio antiguo Ljubljana (Eslovenia)


Monumento dedicado al poeta Preseren

Puente de los dragones Ljubljana (Eslovenia)


Por la tarde realizamos una excursión a las cuevas cársticas de Postojna, unas de las más grandes del mundo con más de 20 kms. de galerías. La visita guiada dura una hora y media y se recomienda llevar ropa de abrigo. A través de un minitren se pueden llegar a las más ocultas galerías de la cueva. El último tramo de la visita, que se realiza andando, es el más espectacular porque es donde se divisan las cuevas más impresionantes como la gruta de la Gran Montaña, las Bellas Grutas, La Galería Rusa y la Sala de Conciertos. En dichas cuevas habitan varias especies entre ellas y la más importante el proteus anguinus, parece una salamandra pero es completamente blanca, como albina.

A tan solo 10 kms. de distancia se encuentra el Castillo de Predjama. Colgado de una pared de piedra a más de 120  metros de altura, la mayor parte del edificio se conserva tal y como era en el siglo XV. Visita imprescindible, te deja boquiabierto.

Postojna (Eslovenia)

Castillo de Predjama (Eslovenia)




12 de Junio: Ljubljana -  Triglav : 100 kms.

Desmontamos nuestras tiendas y después de la noche en vela, con unas ojeras hasta el suelo nos ponemos en marcha hacia el Parque Nacional de Triglav atravesando los Alpes Julianos. Hicimos un alto en el camino para visitar el Lago de Bled y sus alrededores. El lago está situado en un lugar pintoresco rodeado de montañas y bosques en cuyo centro se encuentra la isla de Bled a la cual se llega en una pequeña barca de madera. El paisaje es sobrecogedor, espectacular, se respira paz y un silencio increíble. Eslovenia es un país bellísimo.

Alpes Julianos (Eslovenia)

Barcas que te llevan a visitar la Isla de Bled

Lago de Bled (Eslovenia)


Isla de Bled (Eslovenia)


Llegamos a nuestro destino que era un pueblo cercano a Triglav, Kranjska Gora, alquilamos un pequeño apartamento con vistas a la montaña y rodeado de bosques. Nos encontrábamos entre las fronteras de Italia y Austria, a muy pocos kilómetros de ambas.





13 de Junio: Parque Nacional de Triglav (Eslovenia)

Triglav es el monte más alto de Eslovenia y da nombre al único Parque Nacional del país. La mayor parte del parque está protegido y durante unas horas lo cierran, debes esperar a que abran y allí te encuentras con bastantes motos que han hecho diferentes rutas y están esperando para poder salir. En su interior se encuentra el lago Bohinj, uno de los más espectaculares del parque y el más grande del país. Alrededor de este lago se pueden ver aldeas y monumentos de gran belleza.


Lago Prederil (Italia - Eslovenia)

Parque Nacional de Triglav (Eslovenia)




Esperando a que abran el Parque de Triglav para salir (Eslovenia)




14 de Junio: Triglav (Eslovenia) - Toscana costera (Italia) 577 Kms.

El viaje llegaba a su fin y teníamos que ir bajando para coger el Ferry que nos llevaría a Barcelona.
Quisimos alojarnos cerca de Livorno para no hacer muchos kilómetros y estar descansados. Encontramos un alojamiento a buen precio para ser Italia y pasamos la tarde bañándonos en la piscina del hotel, disfrutando de sus servicios y dando un reconfortante paseo por el pueblo.

Hotel en Toscana costera (Italia)



15 de Junio: Toscana costera

Pasamos todo el día en la playa, conocía el interior de la Toscana pero no sus playas de arena blanca y agua azul paradisíaco. Al mediodía aprovechamos para ver su puerto deportivo que es una maravilla, yates impresionantes mega limpios. Nos paramos a comer en un pequeño restaurante y allí fue donde decidimos sobre la posibilidad de cambiar el billete de Ferry a Civitavecchia porque el Ferry de Livorno no salía hasta dos días después. Era un poco locura porque tendríamos que salir pitando del hotel este mismo día para llegar por la tarde a esta ciudad que se encontraba a 245 kms. con un tráfico y un estado de la carretera penoso. Con la arena de la playa metida por todo el cuerpo y un picor de la leche nos pusimos los trajes y zumbando para Civitavecchia a ver si nos podían cambiar los billetes.
Llegamos con la hora pegada al culo pero tuvimos suerte y a las 22:00h. estábamos subiendo al buque Cruise Barcelona que nos llevaría a España. Uffff!!! que nervios.

Esperando a embarcar en el puerto de Civitavecchia (Italia)




 16 de Junio: Barcelona - Talavera de la Reina: 740 kms.

Llegamos a Barcelona a las 8 de la tarde y decidimos no parar a domir, sino hacer el viaje de noche hasta llegar a nuestra casa. Pasando Zaragoza ya se nos hizo de noche y el tiempo cambió de manera radical, un viento muy desagradable, lluvia y frío. Tuvimos que parar a tomar algo caliente en un bar de carretera porque los tiritones que dábamos en la moto nos iban a tirar al suelo. La carretera estaba muy peligrosa, no había visibilidad, el firme era brillante y resbaladizo, así estuvimos hasta que llegamos a Madrid, donde la temperatura iba subiendo paulatinamente. Pasamos realmente miedo y el frío no se fue de nuestro cuerpo hasta que a las 3 de la madrugada llegamos a nuestra casa, nos dimos una buena ducha caliente y a dormir.

Nos han quedado muchos lugares pendientes por visitar, sin duda alguna, volveremos a los Balcanes.